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Estabilizando nuestro campo energético con un octaedro

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Existen muchas formas y técnicas en las cuales nos podemos apoyar para trabajar internamente en nuestro sistema energético, algunas nos sirven para unas cosas y otras para otra, pero casi siempre las más sencillas tienen todas un denominador común: solo necesitan el poder de nuestra imaginación y la facultad de la visualización para llevarlas a cabo. Una de esas pequeñas ayudas es la técnica de estabilización energética que os explico hoy, tremendamente sencilla pero muy eficaz, y se basa en el uso de un octaedro.

El octaedro es uno de los cinco sólidos platónicos, poliedros convexos cuyas caras son polígonos regulares iguales y en cuyos vértices se unen el mismo número de caras. Se llaman así porque fue Platón quien parece ser los estudió a fondo por primera vez. Está compuesto por dos pirámides unidas en la base e invertidas la una respecto a la otra, de forma que la pirámide superior apunta con su vórtice hacia arriba mientras que la pirámide inferior apunta hacia abajo. Ambas de unen base con base, es decir, no se intersectan la una con la otra.  Podéis verlo en el dibujo que tenéis aquí abajo:

 

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El octaedro simboliza esotéricamente cosas como la unión del cielo y la tierra, el equilibrio de las polaridades, el balance de energías masculinas y femeninas, etc. Las propiedades de esta figura están relacionadas principalmente con el balance, pues en el punto de unión de ambas bases se crea un campo estable debido precisamente al equilibrio de los diferentes vectores que forman las 8 caras del poliedro, es decir, que todo lo que está en su interior, como podéis ver en la figura del dibujo, se encuentra dentro de un espacio (real o imaginario) que mantiene la armonía y la estabilidad.

Es por ello que este tipo de figura nos va a venir muy bien para trabajar internamente en nuestra estabilización energética, especialmente si estamos en un momento de tensión, nervios, estrés, estamos revueltos de arriba a abajo o nos ha atacado algún bicho no físico y desconfigurado nuestro sistema energético. También nos sirve si vamos a ir a algún sitio cargado de tensión, donde la gente o el entorno estén “a punto de saltar”, donde estén sucediendo cosas altamente cargadas energéticamente que no queremos que nos afecten, etc. Ya cogéis la idea, donde esté el mar revuelto, el octaedro nos protege y estabiliza.

Usando el poder de la visualización

El uso de esta técnica es muy sencillo, solo requiere un poco de práctica para aprender a visualizar correctamente la figura. Porque solo se trata de eso. Lo creamos o no, el hecho de visualizar en nuestra mente como se construye este poliedro, con nosotros en su interior, genera el campo electromagnético con la forma adecuada para que, nosotros, al estar en su centro, podamos mantener nuestro sistema energético en un entorno estable, independiente de como este el patio alrededor nuestro.

El proceso pasa primero por visualizar la pirámide superior. Imagina las cuatro caras de la pirámide construyéndose alrededor tuyo, cubriéndote por completo, y cuya base te corta a ti más o menos por la cintura, para que la base de la otra pirámide, la inferior, se enganche también a esa altura, quedando tu en el medio del octaedro, tanto si estás de pie como si estás sentado. Luego visualiza la pirámide inferior, y trata de percibir ambas pirámides unidas y tu dentro de ellas.

Luego, si lo deseas, puedes proyectar tus propios pensamientos de calma, tranquilidad y paz hacia el interior del poliedro, reforzando el campo natural que esta figura crea con tu intención. Es muy sencillo y cuando lo hayáis hecho varias veces podréis inmediatamente rodearos de un octaedro en cualquier situación en la cual necesitéis un espacio en calma donde resguardaros.

¿Me invitas a un café?

un saludo,
David Topí

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