Metafísica - Estructura de la realidad - Mente y Consciencia -  Sistema energético del ser humano 

Niveles de trabajo para la “liberación” de la energía del «ser interior» o «esencia»

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Imagen: “Hágase la Luz” – B.A.Brenan

Habíamos dicho, en el último artículo que, a través de la conexión con nuestro ser o esencia teníamos acceso a esa posibilidad de cambio de línea temporal. También habíamos hablado en la conferencia y en los artículos anteriores a la última actualización recibida sobre el cambio evolutivo, que no habríamos podido hacer ningún tipo de trabajo sobre las esferas mentales sin haber llegado a conectar conscientemente primero con la esencia, ser, partícula divina o mónada de cada uno, que no es otra cosa que aquello que somos en realidad. Así que, como todo converge para seguir aprendiendo como conectar, potenciar y sintonizar con nuestro ser, vamos a dedicar este artículo a entender más al respecto.

Desde el punto de vista del terapeuta, de la persona que está facilitando esta “liberación” de la pura energía del ser que somos, podemos hablar de trabajar a varios niveles hasta poder llegar a abrir el canal por el cual se manifiesta, y se hace consciente, a esta misma esencia para la personalidad artificial. Vamos a ver que niveles hay que “perforar” (simbólica pero a veces literalmente) para hacer este trabajo.

Diferentes estratos energéticos

Entre los compañeros que estamos haciendo este proceso, solemos usar la terminología de la terapeuta Bárbara Ann Brenan para referirnos a los diferentes niveles dimensionales y energéticos que componen el ser humano, así que esos son los nombres que os daré en este artículo para vuestra referencia.

Así, primeramente, tenemos todos los componentes, capas y cuerpos energéticos que podíamos englobar dentro de la dimensión áurica, extracorporal, y que es de sobras conocido por todos y del que abunda mucha información en la red, libros y demás. Luego tenemos la parte física y orgánica del ser humano y su correspondiente matriz etérea asociada, que no es otra cosa que el calco energético de cada hueso, tejido, órgano o musculo, que sirve de molde y película protectora para cada uno de esos componentes físicos. La matriz etérea es intracorporal y es uno de los puntos que puede dar más trabajo, pues es por ella por donde corren todos los cables, hilos energéticos, implantes, y otros bloqueos que nos hemos encontrado en el proceso de “acceso” a la esencia.

Así, tras haber trabajado a nivel áurico (limpieza emocional profunda principalmente) y físico, empezamos luego a entrar en lo que B.A. Brenan denomina la dimensión del Hara, que luego explicamos, y, por último, entramos en la dimensión de la esencia, núcleo, ser, chispa divina, partícula primordial, etc., etc.. Cuatro estratos o niveles de actuación por los cuales hemos de pasar para hacer todo este proceso de desprogramación, ya que, para hacer el trabajo de las esferas mentales, para reducir y unificar todos los Yos, para trabajar con la esfera de conciencia, la energía del ser tiene que ser traída desde su ubicación espacio-temporal, en su dimensión particular, hacia la parte física y áurica del cuerpo, así que, por decirlo de alguna forma, hemos de “sacarla” un par de niveles (simbólico) hacia arriba para poder trabajar con ella.

La línea o dimensión del Hara

En su libro “Hágase la Luz”, explica B.A. Brenan que la dimensión del Hara se percibe como una línea que une un punto por encima de la cabeza, más o menos a un metro de distancia, con el timo, con el tantien inferior y con el núcleo del planeta. Y es entrando a través de esta línea que podemos acceder luego a la esencia o ser que somos.

La esencia o ser

Para explicar el trabajo con la energía del ser, voy a usar las palabras de B.A en “Hágase la Luz” que está perfectamente explicado:

“Bajo la dimensión del Hara existe la dimensión de vuestro núcleo más profundo. El núcleo es el eterno «Yo soy lo que es, fue y será». Aquí está el origen de vuestra fuerza creativa. Vuestro núcleo es la fuente interna de lo divino. A través de la percepción extrasensorial, se parece a una estrella, una estrella-núcleo. Esta luz es una firma de la esencia eterna de cada persona. Existe fuera del tiempo, el espacio, la encarnación física e incluso el concepto del alma. Parece ser la fuente de la propia vida. Es el Dios único e individual dentro de cada uno de nosotros. Es la fuente de la que mana toda la encarnación, y no obstante permanece en paz y serenidad absolutas. Allí donde emerge la luz del núcleo, aporta curación. Allí donde está bloqueada, se declara la enfermedad.”

Usando la percepción extrasensorial, pude localizar la estrella del núcleo dentro del cuerpo. Está literalmente en el centro del cuerpo. Me doy cuenta de que la esencia del núcleo está en todas partes, pero la concentración en esta situación central en el cuerpo ayuda a establecer contacto con ella. La estrella del núcleo se encuentra de 2,5 a 4 cm por encima del ombligo, en el eje central del cuerpo. Parece una luz brillante de muchos colores. Esta luz puede extenderse infinitamente.  Conlleva una sensación muy familiar de ser libre. Es el ser que usted ha sido a lo largo de toda su vida. Es el ser que usted fue antes de esta vida concreta. Es el ser que usted seguirá siendo después de esta vida. Es el usted que existe más allá del tiempo y el espacio. Esta esencia de ser es distinta para cada persona. Es su esencia única. Es lo divino individualizado que hay dentro de usted.
Lo que puede llevar a confusión acerca de la esencia interna es que también existe en el principio  unitario divino. Es decir, es al mismo tiempo el creador individualizado que tenemos dentro y el Creador universal. A veces, esta paradoja nos resulta difícil de entender. ¿Cómo puedo ser yo y Dios al mismo tiempo? Dios es un concepto muy vasto. Dios escapa a la comprensión humana. ¿Cómo puedo llamarme Dios cuando sé que Dios es mucho más que yo? La única manera de responder esta pregunta pasa por la experiencia de la estrella del núcleo. Llevando la conciencia a la estrella del núcleo, sintiéndola y descubriendo luego que esta esencia es lo mismo que el ser, podremos resolver esta paradoja humana. En cuanto pueda experimentar su esencia interna, será capaz de encontrarla en todas partes. La encontrará en todos los lugares de su cuerpo. La hallará por todo su campo aural. La descubrirá en todos los rincones de su nivel del hara. La encontrará en todos los aspectos de su vida. La hallará extendida hacia los límites más lejanos del universo. La encontrará en todas partes donde la busque.
Su esencia interna se expresa en todas partes hasta cierto punto. Los lugares en su intención, sus campos de energía vital, en su cuerpo físico y en su vida donde se expresa más plenamente son los ámbitos en los que usted está sano y es feliz. Los lugares donde se expresa menos son los ámbitos en los que usted es menos feliz, está incómodo o tiene problemas. Es así de sencillo. Así pues, hemos vuelto al principio de este libro, donde se describe la enfermedad como una señal de que nos hemos desconectado de algún modo específico de nuestra esencia interna. Nos hemos desconectado de nuestra divinidad interna. Hemos olvidado quiénes somos. Por medio de la clarividencia, lo podemos «ver» como una desconexión del núcleo.

Pasos en la “perforación” y “liberación” energética

Así, teniendo más o menos claro los diferentes niveles en los que tenemos que trabajar, si lo viéramos de forma lineal, y por estratos, el terapeuta que está trabajando con la persona en camilla sigue los siguientes pasos para poder llegar al ser de la persona:

1) Empezando por las capas emocionales y mentales, se limpian todo lo posible para permitir el acceso a los siguientes niveles. Difícilmente sin pasar por aquí se puede llegar más lejos. Esto puede resultar un trabajo enorme, si hay muchos miedos y emociones negativas muy estancadas o muy sencillo si la persona ya viene con un trabajo personal realizado de antemano en este aspecto.

2) Eliminación de todos los bloqueos, implantes y obstáculos en la matriz etérea que impiden el acceso a la dimensión o línea del Hara. Aquí normalmente el trabajo es puro bisturí etéreo, por decirlo de alguna forma, para sacar todo aquello que llevamos implantados los seres humanos por “diseño”. Digamos que es como abrir un coche y empezar a trastear en el motor o quitar las piezas que nos han tuneado, o abrir un ordenador y empezar a sacar componentes que sobran y no deberían estar ahí.

3) Remover todo aquello que bloquea la línea del Hara propiamente dicha. De nuevo, aquí suele haber diferentes tipos de bloqueos que salen fácilmente con una sesión de operación y cirugía etérica.

4) “Entrar” literalmente en la línea del Hara y “atraer” y “subir” la esencia hacia el exterior. Si se han completado los pasos anteriores, aquí no hay ningún bloqueo ni problema ni obstáculo.

Seguiremos hablando de este tema en próximos artículos, al menos, quería explicar un poco que significa esto de trabajar con la energía del ser y “dónde” hay que ir a buscar esa energía, esa esencia, para ello. Nosotros seguimos con nuestras investigaciones para ver hasta dónde podemos llegar en este proceso, pues cada sesión que hacemos nos sorprende un poco más por el potencial y alcance que tiene.

¿Me invitas a un café?

un saludo,
David Topí

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