Metafísica - Estructura de la realidad - Mente y Consciencia -  Sistema energético del ser humano 

Planos expandidos de conciencia

He terminado casi de leer estos días el libro de Terence McKenna “True Hallucinations”, realmente un libro que vale la pena si estás interesado en ver los efectos de todo tipo de setas y plantas alucinógenas en un grupo de hippies de los años 70, durante una larga expedición por el Amazonas en pos de descubrir los secretos de los chamanes de las tribus autóctonas de la zona y el origen de sus poderes y habilidades.

No tengo ni idea de como llegó el libro a mi Ereader, tengo 600 y pico libros almacenados pendientes de leer y siempre dejo que sea “el azar” quien me indique que puede serme útil en cada momento para aprender un poco más, así que pongo la lista en modo aleatorio y el primero que sale es el que me pongo a leer. En este caso, causalidades aparte, tenía interés por la vida de Terence y su hermano Dennis porque fueron dos de las personas que más influencia tuvieron en el desarrollo de todo el fenómeno “fin del mundo” 2012 debido precisamente a sus experiencias con todo tipo de sustancias y plantas que les proporcionaron, allá por la década de los 70, visiones y revelaciones de lo que le iba a pasar a la Tierra. Del resto, ya sabemos como ha ido la cosa.

Excursiones a planos expandidos de conciencia

Lo más interesante de un libro es cuando te hace pensar, y mientras iba leyendo las descripciones de los estados expandidos de conciencia en los que entraban, las visiones, la distorsión completa de la realidad, las conexiones con esos otros planos, etc.., me ponía en la tesitura de imaginar como seria la percepción del mundo sin las restricciones del cuerpo físico y la mente, básicamente restringidas por la configuración en nuestro ADN, que nos limita a un rango frecuencial tan estrecho que no podemos ni ver, la mayoría de nosotros, nuestra propia aura o el aura del vecino.

Sin embargo, los planos alrededor nuestro, en esta misma Tierra, son múltiples, y se dividen en múltiples sub niveles. Si Terence McKenna en sus chutes de DMT llegó a ser capaz de conectar con lo que podríamos llamar la mente planetaria, simplemente rompiendo todas las restricciones de la mente y pudiéndole costar caro, físicamente hablando (su hermano Dennis estuvo “ido”, según el libro, y fuera de toda conexión con la realidad durante más de un mes tras uno de sus experimentos al haber inhibido toda respuesta defensiva del cuerpo contra las sustancias que tomaban), bien cierto es que simplemente un poquito más allá del rango frecuencial que nuestros sentidos perciben coexisten numerosos campos mórficos y planos frecuenciales que pueden ser accesibles a una mente entrenada en profundos procesos meditativos.

Yo no tengo ninguna experiencia con plantas ni setas, pero cuando leo cosas de estas intento averiguar más “preguntando”, en meditación, a lo que llamamos el Yo Superior, o bien tratando de conectar a nivel subconsciente e inconsciente con los diferentes niveles que energéticamente, esas otras partes de mí “perciben”. Así, con la práctica, he creado mi propio esquema, como si no, sobre lo que está justo fuera de mí rango frecuencial pero que mi subconsciente es capaz de percibir, o al menos capaz de “saber” que esta “ahí”.

Campos mórficos a diferentes niveles

Aquí no estoy hablando de planos superiores, los niveles más altos de nuestro planeta como el plano astral, devachanico o mental, y superiores, sino sub-planos de energía dentro del plano “físico”, de la realidad sólida a la que la mente tiene acceso justo por debajo de los procesos mentales de los que somos conscientes.

A mi, y esto no significa que sea correcto, me salen decenas de niveles diferentes de “campos mórficos”, pero algunos de ellos no soy capaz de identificarlos ni asociarlos a nada conocido personalmente. Lo que si he comprendido es que, por ejemplo, para ser capaz de trabajar con las energías elementales de la naturaleza (agua, fuego, tierra, aire), uno debe sintonizar el campo mórfico de estas rocas y minerales que se encuentran en la parte baja del llamado plano etérico, y para poder trabajar con los elementales de la flora y la fauna, y ser capaz de percibir gnomos, devas, ondinas, etc., uno debe ser capaz de percibir los campos mórficos de estos tipos de seres que asisten al planeta. Hay quien es capaz de hacerlo de forma natural, hay quien solo los ve o conecta con ellos con una buena dosis de DMT y otras sustancias.

Para mi sigue siendo un conocimiento teórico, se que esta ahí, pero no tengo ninguna experiencia práctica al respecto porque en los estados en los que entro cuando me pongo a meditar, suelo, queriendo o sin querer, conectar con mi Yo Superior o lo que llamo mis guías, y aquí mi conciencia o percepción se expande “hacia arriba”, cuando, pienso yo, si quiera percibir los niveles o planos que tengo por debajo, que mis procesos mentales inconscientes ya perciben, quizás tendría que expandirme “horizontalmente”, pero no se como.

En fin, voy a ver si termino este libro y ver que otras cosas descubro sobre estos viajes chamánicos de los hermanos McKenna, a ver si me dan pistas para entender mejor esos otros niveles de realidad tan cercanos, pero tan ocultos, a todos nosotros.

¿Me invitas a un café?

un saludo,
David Topí

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