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Tu lección en la vida

Coincidiendo con un par de emails en los cuales dos lectores me hacían preguntas en torno a una de las entradas del blog, referente a cómo descubrir nuestra misión en la vida, me ha parecido interesante volver a escribir sobre ello, distinguiendo dos aspectos de lo que podríamos considerar más importante en nuestro paso por la faz de este planeta.

Huelga decir que todo lo que podamos explicar y comentar aquí está basado en la firme creencia, conocimiento o llamémoslo como queramos, que todos y cada uno de nosotros tiene algo que hacer en este mundo, que cada uno es un ser especial y único, que trae al nacer una meta, una misión, y que, cuando vivimos a través de ella, es cuando nos sentimos completamente felices con lo que somos y con lo que hacemos.

La idea de que tienes una misión o propósito en la vida que cumplir da respuesta a la pregunta «¿y yo qué hago aquí?», el primer aspecto, pero sólo hasta cierto punto. Así como somos especiales y únicos para cumplir una determinada función, también estamos en esta escuela «de la vida» para aprender ciertas lecciones. La principal de ellas es lo que podríamos llamar, «tu lección en la vida», el segundo aspecto de nuestra existencia.

Elementos recurrentes

¿Te has planteado alguna vez porqué muchas de las situaciones que vives parecen tener un denominador o característica común? Quizás en tus relaciones siempre atraes cierto tipo de persona, quizás tus trabajos acaban teniendo siempre del mismo trasfondo, quizás se te presentan oportunidades que parecen asemejarse vagamente unas con otras.

La respuesta es que esto no es casualidad. Cada uno tenemos un camino evolutivo y unas cosas que aprender. Es como una escuela: 6 o 7 años en primaria, cuatro en secundaria, 5 en la universidad, etc. Vamos estudiando, vamos pasando de curso, vamos aprendiendo y evolucionando. En cada uno de esos cursos aprendemos cosas diferentes: matemáticas, ciencias, lengua, música…etc.

La escuela de la vida es parecida, por usar la analogía. Pero las lecciones son mucho más largas, profundas, adaptadas y especiales para cada uno de nosotros, y puede llevarnos muchas vidas pasar de un curso a otro (incluso en las lecciones más fáciles en los primeros años de estudio). En la escuela de la vida lo que aprendemos son cosas tales como el perdón, la compasión, el amor, la amistad, la humildad, la alegría, la tristeza, la rabia, la libertad, etc.  Las lecciones no pueden evitarse, y a nadie le importa más que a ti que las aprendas y pases a la siguiente.

Un tema principal

En cada vida tenemos un «tema principal», una macro lección que aprender que dominará el tema central de nuestros años de existencia hasta que seamos capaces de asimilarla y «aprobar» el examen que nos permite pasar a la siguiente etapa evolutiva.  Quizás en estos momentos tu lección sea aprender a perdonar, y te sucederán muchas, pero muchas cosas, en las cuales te verás enfrentado a la decisión de perdonar o no a otros por cosas que te han hecho. Quizás tu lección sea aprender a apoyar a otras personas, y tu vida estará salpicada de situaciones en las cuales vendrán a pedirte ayuda por doquier, quizás se trate de ser más abierto de pensamiento, de apreciar otros puntos de vista, de descubrir lo que es el amor, y aparecerán cientos de situaciones que tendrán como denominador común ese tema en su raíz.

Nuestro problema es que no sabemos identificar precisamente esa raíz común de las cosas que nos pasan a grandes rasgos. Pensamos que tenemos relaciones desastrosas en las cuales siempre salimos mal parados, y no nos damos cuenta de que en todas ellas se nos daba la oportunidad de abrirnos a la otra persona y en ninguna lo hacíamos, de forma que, cuando una relación se terminaba, el universo nos mandaba otra similar para volver a darnos la oportunidad de aprender lo que debemos aprender.  Cuando en todos los trabajos que tenemos nuestro jefe es abusivo, parece que siempre encontramos el mismo tipo de persona, quizás es que no nos damos cuenta que debemos aprender a decir que no, o a demostrar más coraje o a plantarnos y decir basta. Mientras no aprendamos eso seguiremos estando en las mismas situaciones, porque eso es lo que nos toca aprender en esta vida, en estos momentos.

Enfrentar nuestras lecciones

Si ves que en tu vida parece existir un tema recurrente en todo lo que te pasa, indaga cuál puede ser la raíz común de todas las situaciones y quizás descubras que es lo que se supone que has de aprender o superar.

La vida es una escuela y no podemos saltarnos ningún grado. Pero hay tantas capas de basura mental encima de todo lo que nos pasa (creadas por el ego y la mente analítica) que no somos capaces de ver que detrás de todas hay un cierto denominador común: nuestra lección en estos momentos.

Pueden existir muchas pequeñas lecciones, y puede que exista una mayor que, como hemos dicho, domine nuestra vida. Entenderla, comprenderla y no huir de ella, sino enfrentarla y superarla, es lo único que nos va a permitir avanzar hasta el siguiente curso. Esas lecciones no son fáciles, porque muchas veces nos hace falta enfrentar nuestros miedos para poder pasarlas, pero es el único camino. Así que, suerte en los exámenes.

¿Me invitas a un café?

un saludo,
David Topí

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