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Estudio de los números y decodificación actualizada: El ocho y el nueve

ochonueve

Cerramos ya esta etapa de estudio de los números y su decodificación “actualizada” que abrimos hace ya casi tres meses para poder explicar mínimamente el origen, funcionamiento y significado arquetípico de los seres y campos conscientes de energía que forman lo que nosotros conocemos como “números”. Hemos recorrido todo un proceso, una “octava”, de introducción a los mismos y hemos explicado su origen, desde el cero hasta el siete, y hoy completamos con la explicación de los dos que nos faltan, el ocho y el nueve.

Número ocho

Una vez un proceso se termina, y sus siete pasos energéticos se completan, sea lo que eso signifique a nivel físico o terrenal, se “envuelve” y se estabiliza el proceso anterior con la energía del ocho, el siguiente campo creado para dar estabilidad a lo que ya se ha terminado. Pero el ocho, aunque también da estabilidad, no es como el cuatro, del que nace “doblando” sus partículas y características, sino que es más fluido, más suave, más ligero, y envuelve todo lo anterior con una capa de “protección” circular y flexible para que simplemente se puedan unir los bloques y procesos creados por cada octava pero manteniendo la energía de los mismos separados y envueltos individualmente. El campo numérico del ocho, a nivel mental y energético, es como el envoltorio de un caramelo, fino, resistente pero transparente, dejando ver el contenido de aquello que protege, que es algo ya sólido, asentado y “completo”.

Por lo tanto, los dos círculos del ocho, en el grafismo que usamos para dibujarlo, representan los bloques de “cosas” unidas entre sí y protegidas, y cada “ocho” se podría unir a un “ocho” siguiente y tendríamos un enlazamiento de “ochos”, simbolizando la unión de todos los procesos con todos los demás y estando bajo el manto protector de la energía de este número.

Así, a nivel psicológico y en los estudios de la personalidad que podemos llegar a hacer numerológicamente, el ocho es un número que tiene asignada una cualidad protectora, conservadora, “resguardadora”. Es el arquetipo que cuida de otros o de otras cosas, es quien protege y a la vez une y amalgama, enlaza “algo” con otro “algo”, y permite su continuidad separando los dos bloques pero manteniéndolos en contacto. El ocho representa la cualidad de la armonía y la ligereza, la suavidad y el tacto a la hora de lidiar con situaciones y personas, pues así es como su energía trata a todo lo que ha sido creado en los procesos anteriores regidos por los campos numéricos precedentes. En su faceta contraria, el ocho, a nivel de carácter, también muestra a alguien que quiere sujetar a otros, algo que puede ser bueno o malo según la situación, alguien que no quiere dejar escapar algo, que se resiste a dejar ir las cosas, a que se separen o a que sigan su propio camino. Como todo, es una cualidad y una característica que en ocasiones tendrá una faceta percibida como positiva y en otras una faceta percibida como negativa.

El Nueve

Finalmente, el último campo numérico que fue creado es el campo del nueve, cuya función es ayudar al ocho a unir bloques de “cosas” y con esta función permitir definitivamente que todo lo que existe o ha de existir en el universo, en la “Creación”, ya tenga alguna forma de ser y de poder ser construido. El nueve tiene un “gancho”, en su representación simbólica en nuestro planeta, y ese “gancho” coge el último bloque de energía, de elementos, de materia, de partículas, “envuelto” por el ocho y lo conecta a cualquier otra ristra de “ochos”. El nueve es pues, a nivel energético, el “conectador” de bloques macro de elementos para terminar de formar en todos los niveles, toda la “Creación”.

Por este motivo, el nueve es el “último” número que tenemos “individual”, formado por un ser autoconsciente de si mismo y a cargo del campo de partículas que forman el número, pues a partir de este, el resto de combinaciones numéricas ya se realizan mezclando los números que hemos descrito. Repito, pues es muy importante recordar esto, que los números son campos individuales con auto-consciencia propia, es decir, “ellos” son conscientes de ellos mismos y se reconocen como “seres” con la función que hemos descrito para cada uno.

El nueve, así, en su vertiente de “conectador” permite que una galaxia este enlazada gravitatoriamente a otra, que un planeta o muchos de ellos enlacen con los campos y corrientes energéticas de la estrella alrededor de la que orbitan, permite que los diferentes universos estén conectados entre sí, permite que las moléculas de ADN se unan o permiten que grupos de células se combinen para formar órganos y elementos más complejos. Es la función del nueve la de conectar los bloques de todo lo que existe, creados por los números anteriores, para dar lugar a otros bloques, formas y elementos y, por lo tanto, a nivel psicológico, personas cuya energía esté fuertemente influenciada por el nueve son las personas que conectan a unas con otras, lideres, los que llevan grupos, los que dirigen personas, los que enlazan las cosas, los que saben cómo unir A con B y que tenga sentido la unión.

Son los que siempre hacen de enlace entre dos cosas, mediadores, interlocutores, los que hablan con unos y hablan con otros y terminan encontrando los puntos en común para que las dos partes puedan acabar trabajando juntas, aunque cada una tenga un perfil completamente diferente y características completamente distintas, envueltas dentro de sus “ochos” correspondientes y entrelazadas por el “nueve”.

El nueve, además, es un número de unión fuerte, lo que junta no tiene fácil forma de ser separado, lo cual puede ser positivo en algunas ocasiones y no tanto en otras, así que también denota un carácter agresivo si desea hacer algo por la fuerza y juntar dos extremos que no quieren juntarse, si quiere unificar o enlazar algo con lo que otros no están de acuerdo, ya que su naturaleza es siempre unir, si no le dejan hacerlo cuando cree que debe, recurre al temperamento y a la fuerza para hacerlo sea como sea.

Está unido en el plano mental de nuestro planeta a los arquetipos de la constancia, perseverancia, paciencia, trabajo continuo, no rendirse nunca, continuar esforzándose hasta conseguirlo, fortaleza y robustez, así como a ser testarudo y cabezón para conseguir lo que desea, no dar su brazo a torcer, no rendirse nunca incluso cuando está equivocado, no aceptar un “no” por respuesta y no querer hacer nada más que lo cree que debe hacer, sea esa creencia correcta o no.

Conclusión

El estudio de la numerología es de por si inacabable, daría para mantener un blog aparte escribiendo cada día, pues todo está hecho por combinación de números y sus energías, y todo se puede analizar y entender y decodificar a través del estudio de esas energías y sumatorias numéricas. Nosotros, de momento lo dejamos aquí, esperando que esta introducción haya abierto las puertas a la curiosidad y a la comprensión de otro de los temas importantes que permiten entender el funcionamiento de la “Creación”. Más adelante es posible que avancemos con conceptos más complejos y demos pautas sobre procesos matemáticos y combinatorios que permitan decodificar la realidad, a partir del estudio de los números que aparecen en nuestro día a día. Revisad todos los artículos sobre este tema que hemos publicado desde Junio y tendremos ya la base teórica así lista para futuras publicaciones sobre ellos.

un saludo,
David Topí

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