Metafísica - Estructura de la realidad - Mente y Consciencia -  Sistema energético del ser humano 

Una historia sobre la raza humana, el planeta Tierra y el destino de la galaxia–Parte 3

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Continua de la segunda parte (vuelve a leerla si quieres tener fresco el hilo de la misma)

Los milenios seguían pasando, y una gran parte de todos los sistemas planetarios de Eur estaban ya bien en un nuevo nivel evolutivo o bien en camino de completarlo, con algunos planetas y sistemas solares aún en sus inicios o recién empezados procesos de cambio.  Y es que, para mantener el equilibrio, se iban iniciando estos procesos según Durán lo iba permitiendo, de forma que cada sector de Eur estuviera más o menos en equilibrio con los demás en el número de octavas que se iban completando por toda la galaxia.

Sin embargo, a medida que más sistemas subían en frecuencia, más «amplia» era la “torre de castellers” que Kumar sostenía, y, por lo tanto, más fuerza necesitaba para hacer de punto de anclaje para todos ellos, pues, aunque invisibles al ojo humano y a cualquier tecnología que pudiéramos tener, todos los sistemas de la Vía Láctea crearon, y siguen teniendo, “vigas energéticas” sujetas a la estructura de Kumar, como un pilar de seguridad robusto que les permitía apoyarse firmemente en el punto más denso de todo Eur, para así, ellos, “escalar” hacia el siguiente nivel al que tenían que ascender.

Por esta razón, se vio y decidió que la vida animal sauria no era ya suficiente para incrementar el peso y materialidad que la Tierra requería, y que había que dotar al planeta de una población enorme de seres vivos más «densa» para que incrementara, muchísimo más, el peso energético de Kumar, al menos temporalmente. Para ello, alguna raza debía instalarse en Gea y densificarse, incrementando sus números hasta conseguir que el punto de anclaje fuera tan “pesado” como fuera posible, y tan “compacto” como fuera necesario, con tal de sostener a toda la galaxia en las últimas fases del cambio evolutivo. Evidentemente, y como siempre ha sucedido, el esfuerzo y el sacrificio de esa raza sería luego recompensado con creces,  pues así lo dictan las leyes universales de compensación y equilibrio, ya que, mientras estuvieran inmersos en la tarea de “sostén” planetario, esa raza no sabría el porqué de tantas situaciones, eventos y experiencias que les ocurrirían, hasta que ellos mismos no hubieran pasado de nivel evolutivo y se les explicara la verdadera razón de su existencia. Sería muy difícil para todos, pero no había otro mecanismo para ello.

Sin embargo, crear una raza tan densa y material que poblara por miles de millones el planeta entero para dotarlo de más peso «energético», mientras que a nivel «físico» ocupaban la franja más baja y densa de Eur, no se podía hacer «de golpe», ni se podía, simplemente, crear directamente vida a un nivel tan sólido, ni se podía hacer rápidamente (en nuestros términos). Y esto es debido a que la mayoría de seres y razas, las más avanzadas de la Vía Láctea, que pueden crear formas de vida (avatares, a los que luego se les imbuyen los cuerpos álmicos, se conectan los YS, etc., ) están y estaban en niveles frecuenciales tan altos (dentro de esas aproximadamente 350 bandas evolutivas de Eur), que les era imposible «bajar» hasta la franja «uno», donde la parte más densa, física y sólida de todo lo que existe en Eur se encuentra, y que, de nuevo, es la materia que tus pies pisan en estos momentos y de lo que nuestra realidad está formada.

Así que se decidió hacerlo por «tramos», en dos pasos, creando primero una raza que haría el papel de ponerse en un nivel intermedio entre los niveles más altos de Eur, y el plano físico de la Tierra. Y, para ello, Umar encargó a una raza que en Irdin se autodenomina Amm, y de los que no existe ningún dato en nuestro planeta, que crearan a otra raza, que cuidara de ella y que la guiara hasta un nivel evolutivo lo suficientemente desarrollado para que pudieran luego hacer ellos el mismo trabajo en el plano físico de Kumar, creando finalmente la especie que residiría en la Tierra en la franja “uno” de Eur. La raza creada por Amm se autodenomina asimoss, en Irdin, y fueron conocidos por nuestras culturas sumerias como Anunnakis.

Por lo tanto, el mandato de la raza de Amm era crear una raza que, luego, sería dirigida hacia la Tierra donde ellos crearían otra raza más, en niveles más densos y sólidos, cumpliendo así el plan de hacer por “tramos”, los pasos necesarios para densificar a un nivel increíblemente material a la Tierra. Aun así, era imperativo para los de Amm que cuidaran, orientaran, vigilaran y monitorizaran el trabajo de asimoss, que los encauzaran dentro de unos parámetros de trabajo, asegurándose de que mantenían ciertas normas y procesos en marcha, convirtiéndose en sus mentores y maestros, guías y colaboradores, y trabajando con ellos en el proceso.

Y todo fue fluyendo. Durante millones de años, asimoss crecieron bajo el amparo de los Amm, en la constelación de Amiriss, que nosotros conocemos como Alfa Draconis, y fueron “ascendiendo” de curso evolutivo en curso evolutivo rápidamente, hasta llegar a asentarse cerca del nivel 50 de las 350 bandas energéticas de Eur. En el proceso, asimoss se convirtieron en expertos en genética, aprendieron todo lo necesario de la raza de Amm, de los Idohim y de los Amoss sobre el proceso de crear vida y hacerla evolucionar, pero sin que ningún asimoss conociera la razón por la que habían sido creados ni el propósito final que Eur, Durán y Umar iban planificando a medida que se iba acelerando el paso evolutivo de todos los sistemas de la Vía Láctea.

Debido a que asimoss habían sido creados también con genética reptoide, por la fortaleza y resistencia en niveles más materiales y sólidos que estos tienen sobre otras formas de vida animal, hicieron buenas migas con amoss, que tenían mucha experiencia en este proceso de cambio evolutivo. No en vano los amoss habían sido los protagonistas de este mismo cambio en su galaxia de origen, y, por lo tanto, habían sido invitados por la Unión de Razas de Eur a colaborar en el mismo. Gracias a ello , establecieron una estrecha amistad y empezaron a convertirse ellos, los amoss, en los mentores más cercanos de asimoss, más que los de Amm, que al tener otro nivel evolutivo muchísimo más elevado, poseían otra forma de enseñar y ayudar. De alguna manera, los amoss se comportan como los hermanos mayores de asimoss, mientras que los de Amm son como ese abuelo sabio y mayor que sabe y ha vivido todo, pero está generacionalmente más alejado de aquellos a los que han de guiar.

Y esto llegó hasta tal punto, la amistad y colaboración de amoss con asimoss, que, finalmente, los amoss les explicaron a asimoss el verdadero propósito de su existencia: que habían sido creados como «eslabón» intermedio para ayudar a procesos evolutivos en los que no habían tenido voz ni voto, y que estaban siendo «engañados», en cierta manera, para ello. Como siempre sucede, los de Amm no estaban engañando a asimoss, pero nunca se otorga a ninguna especie más conocimiento del que puede comprender en cada momento de su proceso evolutivo. Por eso, cuando los amoss entregaron e hicieron ver a asimoss la verdadera razón de su existencia, causaron un enorme shock en el inconsciente colectivo asimoss, casi un trauma diríamos, pues no estaban listos para absorber un propósito de tal magnitud ni comprender todos los detalles y razones del mismo. Por ello, se rebelaron contra su función, se opusieron a los de Amm y se negaron a ejecutar el plan de Eur.

Sin embargo, no renunciaron a lo que ya sabían. La alianza entre amoss y asimoss empezó a forjar un plan que dura hasta hoy en día, y, puesto que los amoss habían sido los que habían llevado al troodon y ahora tenían dominio sobre el manu, simplemente propusieron a asimoss hacerse con el control total de la Tierra, y convertirla en una base y colonia para ambas especies, pues eran conscientes de que la Tierra era un planeta lleno de recursos minerales, animales y de flora, que era un paraíso entre los paraísos de Eur, y, conociendo el propósito de Kumar y la razón de su existencia como reserva de vida galáctica, decidieron ir a la Tierra y hacerse con la posesión de la misma.

Pero cuando un propósito queda fijado dentro del inconsciente colectivo de una raza, inconscientemente tiende a cumplirse, aunque sea de otras formas y mediante otros procedimientos. Por lo tanto, dentro de la mentalidad asimoss, estos se daban cuenta que habían sido creados para sembrar vida en nuestro planeta, y así decidieron hacerlo, aunque no de la forma en la que inicialmente estaba previsto, pues, creyéndose por encima de los planes de Eur, simplemente decidieron que crearían una raza que estuviera subyugada a ellos, que les sirviera a ellos y que estuviera bajo su control. Y, con el visto bueno más o menos de amoss, asimoss convirtieron al manu en el lhulu, y lo hicieron trabajar para sí mismos. En paralelo, asimoss incrementaron su presencia y se instalaron en el planeta, creciendo en poder y haciendo de la Tierra su hogar, apoyados por amoss, a la vez que explotaban los recursos minerales de la Tierra, oro entre otros, para suplir las necesidades de los planetas de origen de ambas especies. Luego, el lhulu se convirtió en el lhumanu al cruzarse naturalmente con el manu, aún presente y vagando libre en Gea, y, de ahí, varios millones de años después, y tras más de 100 modelos de “homos” creados por manipulación genética y luego eliminados (de los que no tenemos ninguna constancia y nunca encontraremos restos porque asimoss los hicieron desaparecer por completo), como ya sabéis, nació el homo sapiens.

Continuará…

un saludo,
David Topí

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